Artículo
Nº 160 de nuestro Segundo Libro
Escrito el año 2.012.
Ruiz Botello Edgar y Ruiz
Botello Marwin. “Norte de La Paz: Explotación de la quina”. Artículo en el
matutino “El Diario” del 1 de mayo de 2.012. Suplemento Nuevos Horizontes.
Páginas 1, 10 y 11. La Paz-Bolivia-Sudamérica.
Ruiz Botello Edgar, Ruiz
Botello Marwin. “Norte de La Paz : Explotación de la quina”. Fotografías en el
matutino “El Diario” del 1 de mayo de 2.012. Suplemento Nuevos Horizontes.
Páginas 1, 10 y 11. La Paz-Bolivia-Sudamérica.
Norte de La Paz:
Explotación de la quina
Autores: Dr. Edgar Ruiz Botello y Egresado de Derecho Marwin
Ruiz Botello.
Edición y revisión: Egresado de Psicología William Marcelo
Ruiz Botello e Ing. Edgar Ruiz Bonilla.
La quina es la corteza de un árbol (Cinchona
calisaya) que era utilizada, antes del descubrimiento de América, por las
culturas precolombinas del Perú, como un medicamento, para combatir la malaria.
La corteza fue descubierta a principios del siglo XVII en el Virreinato del
Perú, Corregimiento de Loja, cerca del pueblo de Malacatos (hoy Ecuador); se
empleaba como tónico, extracto, tintura o jarabe. La quina contiene diversos
alcaloides como la quinina, quinidina, cinconina y cinconidina, todos sirven
para combatir el paludismo o malaria.
Sus virtudes fueron reconocidas en Europa
recién en 1631 fecha en que fue llevada por el jesuita Alonso Messia Venegas a
Roma, enviado por el primer farmacéutico del Colegio Máximo de San Pablo de
Lima (Perú), el jesuita italiano Agustino Salumbrino quien había observado en
el Perú, su uso para eliminar las tembladeras producidas por el paludismo,
malaria, terciana (fiebre cada 3 días) o chujchu (tembladera). Desde 1638 el
tratamiento de la malaria en Europa se basó en un extracto de la corteza del árbol
de la quina, extracto que contenía la quinina.
Se dice que el nombre del género “Cinchona” proviene del apellido de la
condesa de Chinchón (esposa del Virrey del Perú o conde de Chinchón) a quien la
quina curó.
La quina se comenzó a usar masivamente en el siglo XIX para la
obtención de la quinina. Su incidencia en el volumen de exportación era ya
importante en 1826, cuando Pentland (británico) elaboró un informe sobre
Bolivia, en el que asignó a la quina un 12 % del total de productos exportados.
En 1830 el Presidente de Bolivia Andrés Santa Cruz, otorgó facilidades
legales a quienes organizasen empresas para explotar la quina y así poder
obtener más impuestos para Bolivia.
El auge de la explotación de la quina se produjo en 1850, cuando
numerosos pioneros se adentraron en las zonas tropicales de Bolivia, como
Mapiri, Guanay, Apolo e Ixiamas, para extraer la corteza.
La existencia de un banco rescatador de quina y el monopolio estatal
para su exportación, así como los altos costos de transporte de las regiones
productoras del norte de La Paz hasta la costa, imposibilitaron un mayor
desarrollo de la producción.
En 1850 en Mapiri y Guanay
(provincia Larecaja) existían rescatadores como Otto Richter, en Apolo
(provincia Franz Tamayo) habían rescatadores como Aurelio Arias y en Ixiamas
(provincia Iturralde) existían rescatadores como Leandro Loayza y otros. En
estas 3 provincias habían plantaciones silvestres de quina amarilla (Cinchona
calisaya). Generalmente los rescatadores no pagaban todo en dinero a los explotadores,
sino en víveres, ropa y otros. Así por ejemplo, se cuenta que la ex casa
Gunther de Sorata, pagaba inclusive, parte de la quina a los rescatadores, con
botellas de champán francés, que importaba directamente desde Europa.
En 1879 Otto Richter tenía un
almacén en la calle Comercio de la ciudad de La Paz, donde rescataba quina, oro
y objetos de plata, asimismo vendía enlatados y otros productos importados y
realizaba giros a Lima, Londres, París y Frankfurt (Alemania).
Los precios de la quina decayeron notablemente en 1880 debido a que en
1865 el británico Ledger llevó desde el Alto Beni, 12 libras de semillas de los
árboles de quina a la Isla de Java, en las Indias Orientales Holandesas
(actualmente Indonesia-Asia). En 1930 el sudeste asiático producía el 90 % de
la producción mundial de quina. En 1930 químicos alemanes sintetizaron el
Atabrine (clorhidrato de quinacrina) más eficaz que la quinina y menos tóxico.
En 1944 los químicos estadounidenses Robert Woodward y William Doering
consiguieron sintetizar la quinina a partir del alquitrán mineral.
La explotación de la quina y su
posterior traslado al principal centro de acopio como fue Sorata, debió lograr
un gran movimiento económico en esa población, restos de este apogeo que pueden
incluso observarse hasta el presente, reflejados en las imponentes
construcciones de esa localidad.
Para la explotación de la quina, primeramente
se ubicaban los diferentes árboles en la selva, posteriormente se procedía a
derribarlos (se producía la extinción de los árboles) para luego extraer toda
la corteza (quina). El rendimiento aproximado era de unos 4 a 6 quintales de
corteza de quina de un gran árbol. Entre los peligros que se podían tener al
explotar la quina estaban los encuentros con los animales de la selva,
principalmente con el oso jucumari (oso andino o de anteojos). Los explotadores
durante su tarea en la selva, veían también a componentes de la etnia leca.
Son legendarios los viajes de los comerciantes enternados y con corbata
por los ríos Mapiri, Kaka y Tipuani, en las balsas de troncos de madera balsa,
embarcaciones que eran impulsadas a remo por balseros lecos.
Las cortezas se transportaban por ejemplo,
desde Mapiri en mulas a centros de acopio, como Sorata (7 días de caminata
desde Mapiri hasta Sorata), a la casa Richter (1830-1880) y luego a la casa
Gunther (1880-1940), donde se procedía con su comercialización (rescate) y clasificación,
para su posterior transporte en camiones marca “Saurer” y su exportación vía
Puerto Pérez en el Lago Titicaca y luego al Puerto de Mollendo en el Océano
Pacífico, para finalmente trasladar la quina a los países de ultramar (Estados
Unidos y Europa). En Estados Unidos la quina era utilizada para combatir la
temible malaria o paludismo, enfermedad para la cual hasta el presente no
existe una vacuna. Era la famosa “cadena de comercialización” selvas
larecajeñas-Sorata-Puerto Perez-Puerto Mollendo-Ultramar, “cadena de
comercialización” que hizo lo que Sorata fue y nunca mas volvió a ser. Lo mismo
ocurrió con otros productos como la goma y el oro. Los diversos transportes
(barcos, camiones, etc.) para no retornar vacíos a Sorata, llevaban una
infinidad de mercaderías a Sorata tales como pianos, champán francés, sillas
austriacas, teteras suecas, etc.
En 1883 se iniciaba la construcción del Canal
de Panamá y la malaria junto con la fiebre amarilla cobraban la vida de 200
trabajadores cada mes.
En la década de 1.940 existió un primer
reavivamiento en el comercio de la quina, debido a la Segunda Guerra Mundial,
donde las plantaciones de quina de Indonesia cayeron en manos de Japón. Debido
a la malaria murieron cerca de 60000 soldados norteamericanos.
Entre 1960 y 1970 se produjo un segundo
reavivamiento de la comercialización de la quina, principalmente para su uso en
la Guerra de Vietnam (Vietnam del Norte versus Vietnam del Sur, con la
participación de Estados Unidos, donde los soldados enfermaban con malaria,
paludismo o terciana). La quina salía en avión desde Mapiri hacia la ciudad de
La Paz. Entre algunas de las rescatadoras ubicadas en la ciudad de La Paz,
estaban “Gasser” y “Estrella Azul”. Existían calidades de corteza.
La malaria o paludismo es una enfermedad
humana, de las aves y de los monos, causada por la infección de un protozoo del
género Plasmodium transmitido por la
picadura de un mosquito del género Anopheles.
Los síntomas generales de la malaria son escalofríos, sudoración y fiebre
intermitente (cada 3 ó 4 días). Existen 4 formas de malaria según el agente
causal, así se tienen las debidas a Plasmodium:
(1) vivax, (2) falciparum, (3) malariae y (4) ovale.
Actualmente ya no se usa la quina porque
existen medicamentos sintéticos menos tóxicos que la quinina; así por ejemplo
actualmente en los diferentes hospitales de Bolivia, para el tratamiento de la
malaria se usa el fármaco llamado cloroquina. Se debe recalcar que también en
1973, existían pacientes con casos combinados (ejemplo P. falciparum + P. vivax) en la frontera con el Brasil.
Toda esta espléndida historia fue retratada en
fotografías por el ojo mágico de un alemán, quien vivió en la Provincia Larecaja
y Sorata, él fue conocido simplemente como “Ferman”.
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