domingo, 1 de octubre de 2017

Artículo Nº 108 de nuestro Segundo Libro

Escrito el año 2.010. 

Ruiz Bonilla Edgar. “Gas, hierro y litio en Bolivia”. Artículo en el matutino “El Diario” del 22 de julio de 2.010. Página 2 del primer cuerpo. La Paz-Bolivia-Sudamérica.
Ruiz Bonilla Edgar. “Gas, hierro y litio en Bolivia”. Fotografía en el matutino “El Diario” del 22 de julio de 2.010. Página 2 del primer cuerpo. La Paz-Bolivia-Sudamérica.

Gas, hierro y litio en Bolivia

Autor: Ing. Edgar Ruiz Bonilla.
Ingeniero Geólogo con especialidades en Argentina, Francia y Alemania, ex Director a.i. del Servicio Geológico de Bolivia. Ex Catedrático de las carreras de Ingeniería Civil de la UMSA, Escuela Militar de Ingeniería y Univalle, Ingeniería Agronómica de la UMSA, ex Docente de la Escuela Pedro Domingo Murillo y ex Profesor del Colegio Don Bosco de La Paz. Investigador, Analista, Columnista y Escritor.
Edición y revisión: Egresado de Psicología William Marcelo Ruiz Botello y Egresado de Derecho Marwin Eduardo Ruiz Botello.

INTRODUCCIÓN: En publicaciones anteriores, en este matutino, desde hace una veintena de años, se realizaron diferentes consideraciones concernientes a los hidrocarburos y minerales. Hoy por hoy, ha transcurrido ya mucho tiempo y no se realizó casi nada de los diferentes tópicos analizados.
En Bolivia, entre los recursos naturales no renovables, es decir, agotables, tenemos al gas y a los minerales de hierro y litio.
La industria de los hidrocarburos y de los minerales, contempla las siguientes fases: Prospección (búsqueda), exploración, explotación, refinación o fundición, transporte y comercialización. Empero, en Bolivia en la mayoría de los casos llegamos solamente a la fase de explotación. 
Nuestro país alberga la segunda reserva de gas de Sudamérica, estas reservas se encuentran en los anticlinales de la Faja Subandina Sur, que comprende los departamentos de Tarija, Chuquisaca, Santa Cruz y Cochabamba.
También posee una gran reserva de hierro y manganeso en la zona fronteriza con el Brasil, más propiamente en El Mutún (Prov. G. Busch-Depto. de Santa Cruz). Por otro lado, en el Salar de Uyuni (Prov. D. Campos-Depto. de Potosí) existen en las salmueras, las mayores reservas de litio del planeta. Sin embargo, en ninguno de los tres casos se tiene una industrialización verdadera.
CASO DEL GAS: Como dijimos anteriormente, Bolivia es un país gasífero más que petrolero. El gas boliviano es una mezcla de hidrocarburos con gran contenido de metano, etano, propano, butano y otros. Bolivia exporta en forma directa gas a Brasil y Argentina y en forma indirecta a Chile, sin realizar su industrialización y al presente nuestro país tiene problemas de autoabastecimiento por carecer de una industrialización conveniente. Lo único loable es que en algunas ciudades se están realizando instalaciones de gas domiciliario, como también la utilización del gas en el parque automotor.
Cabe recalcar, que Bolivia en los últimos años “nacionalizó” sus hidrocarburos, pero por diferentes causas, no llegó a una verdadera industrialización, de manera que paradójicamente importa gas licuado, diesel y otros productos derivados.
CASO DEL HIERRO: Nuestro país, en la zona de El Mutún (provincia Germán Busch del departamento de Santa Cruz) posee 40 mil millones de toneladas de hematita (óxido férrico) y 10 mil millones de toneladas de mineral de manganeso (pirolusita = bióxido de manganeso), habiendo adjudicado la mitad de dichas reservas a la empresa hindú Jindal. Al momento se tienen controversias con dicha empresa. Cabe mencionar, que el yacimiento de El Mutún debe explotarse para la obtención de acero (hierro mas carbono) y no simples concentrados. Sin embargo, para la obtención de hierro, por cuestiones ambientales y, por carecer de carbón natural, se debe realizar la reducción de la hematita con gas natural y no con carbón vegetal. Hoy por hoy, por diferentes factores, dichas operaciones no se realizan.
CASO DEL LITIO: Bolivia tiene las más grandes reservas de litio del planeta en las salmueras del Salar de Uyuni (10.000 Km2), por lixiviación de rocas volcánicas (ignimbritas) y, hasta el presente no se explota ni industrializa. Estas reservas son mayores a las del Salar de Atacama (Chile), para referencia en dicho salar se explota el 20 % de la producción mundial de los derivados del litio. En el Salar de Uyuni también se tienen otros minerales acompañantes, sobresaliendo la sal común, yeso, ulexita, boratos y otros minerales no metálicos que son de gran importancia en la química básica.
En este momento existen muchas proposiciones de gobiernos y empresas extranjeras, sin ninguna propuesta industrial, pretendiendo solamente llegar a la concentración de minerales de litio, hasta el estado de carbonato de litio y no a la fabricación “in situ”, de baterías recargables, pilas, lubricantes o en la industria farmacéutica, cerámica, gomas sintéticas, resistencias eléctricas de baja temperatura, refrigerantes, transmisor del calor en fluidos de los reactores nucleares y otros.
CONCLUSIONES Y SUGERENCIAS: Acorde a lo expuesto anteriormente, podemos arribar a las siguientes conclusiones y recomendaciones:
- Se debe realizar una industrialización del gas, con verdaderos especialistas en toda la cadena, es decir, una gestión adecuada y no improvisada. No regalemos nuestro gas, ya que tarde o temprano lo lamentaremos.
- Se debe enfocar con seriedad la obtención de acero y otros derivados del yacimiento de El Mutún.
-    Se debe arribar a la verdadera industrialización del litio, con la obtención de baterías recargables de ión litio para movilidades, celulares y otras aplicaciones. Cabe recordar que la obtención del carbonato de litio de las salmueras del salar, no es una industrialización y esta técnica no es una novedad, a pesar de que muchas personas se conforman con dicha obtención.
-    Bolivia tiene grandes reservas de gas, hierro y litio que no se las aprovecha industrialmente.
-    Finalmente, pese a las diversas riquezas enumeradas, Bolivia es un país pobre. Alguien afirmaba que Bolivia es “un pobre sentado en una silla de oro” por carecer de recursos humanos y tecnología. Es tiempo ya, que explotemos e industrialicemos nuestros recursos naturales para así salir de un simple país exportador de materias primas, para llegar a ser un país que exporte sus hidrocarburos y minerales con un valor agregado, generando empleos y riqueza para el bienestar de todos los bolivianos.   
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