Artículo Nº 126 de nuestro Segundo Libro
Escrito el año
2.011.
Inédito.
Raticidas
Autor: Dr. Edgar Ruiz Botello.
Médico Cirujano, Egresado de Ingeniería Agronómica. Ex
Catedrático de la carrera de Ingeniería Industrial de la UMSA. Ex Consultor de
Naciones Unidas. Ex médico de las Organizaciones No Gubernamentales Visión
Mundial y Compassion. Investigador, Analista, Columnista
y Escritor.
Edición y revisión: Egresado de Derecho Marwin Eduardo
Ruiz Botello.
Hace algunos días
atrás, el autor se enteró de la muerte de un niño que había ingerido raticida
creyendo que era “pito”, el cual se hallaba en una bolsa que encontró en la
calle.
Hace algunos años
atrás se presentó en el Altiplano un caso en el que en un velorio, se
prepararon alimentos y que por la oscuridad de la noche, se colocó raticida
envés de sal a los alimentos, muriendo muchas personas que habían asistido al
velorio.
Asimismo se debe
mencionar que, siquiera existe la presentación de dos casos mensuales, los
cuales llegan a Emergencias del Hospital de Clínicas en la ciudad de La Paz,
debido al intento de suicidio con ingestión de raticidas. El procedimiento que
se sigue con éstos pacientes es impresionante, se introduce una sonda
naso-gástrica de plástico por la nariz hasta el estómago y mediante este tubo
con la ayuda de un embudo o jeringas se va introduciendo agua al estómago,
posteriormente con la ayuda de la jeringa se vuelve a extraer el agua, éste
procedimiento se lo repite varias veces, intentando lograrse un “lavado
gástrico” tratando de eliminar el raticida ingerido. Muchos suicidas logran
sobrevivir y muchos otros pasan a “mejor existencia”. Se debe señalar también
que muchos suicidas que se salvan, posteriormente repiten su intento de
suicidio y es que tal vez en estos casos no se sigue con el respectivo
“seguimiento psicológico, psiquiátrico y social”.
Y es que existe una
venta libre de este veneno, que debería ser para matar a los roedores, pero que
en algunos de los casos se convierte en veneno para los seres humanos.
El comprador de los
raticidas, debería tener conciencia de que tal vez esté comprando raticida para
alguno de su propia familia o para sí mismo.
Por otro lado al
desechar estos venenos, deberíamos tener cuidado de no botarlos a la basura
sino tal vez botarlos al inodoro.
Como conclusión
final, tendríamos nomas que recurrir a las antiguas trampas mecánicas para
combatir a los ratones.
lanchamon@outlook.es
www.ensayosedgarruiz.blogspot.com
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