viernes, 6 de octubre de 2017

Artículo Nº 129 de nuestro Segundo Libro

Escrito el año 2.011.

Ruiz Botello Edgar. “Las miradas de los niños”. Artículo en el matutino “El Diario” del 3 de marzo de 2.011. Página 3 del primer cuerpo. La Paz-Bolivia-Sudamérica.

Las Miradas de los niños

Autor: Dr. Edgar Ruiz Botello.
Médico Cirujano, Egresado de Ingeniería Agronómica. Ex Catedrático de la carrera de Ingeniería Industrial de la UMSA. Ex Consultor de Naciones Unidas. Ex médico de las Organizaciones No Gubernamentales Visión Mundial y Compassion. Investigador, Analista, Columnista y Escritor.
Edición y revisión: Egresado de Derecho Marwin Eduardo Ruiz Botello.

Para un médico, uno de los instantes más emotivos de interacción con los pacientes es la realización de su “internado rotatorio” y dentro de éste, 2 de los rotes más enternecedores son el paso por el “Hospital de la Mujer” y el segundo, el paso por el “Hospital del Niño”, ambos localizados en la Zona de Miraflores de la ciudad de La Paz.
En el rote por el “Hospital de la Mujer” se atienden los diferentes partos y el instante más conmovedor de éste proceso es cuando nace un bebe y abre los ojos por primera vez, para observar el medio que lo rodea y lo primero que ve en su vida, es a su médico, con una “mirada de niño”.
De este nuevo ser, no podemos obtener ninguna información verbal, pero basta ver su “mirada” para imaginar sus ansias de conocimiento y su enorme curiosidad ante todo. Claro que también podemos obtener otro tipo de información mediante el examen físico respectivo. 
Al inicio todos los bebes parecen iguales, pero con el tiempo se puede percibir que todos los recién nacidos son heterogéneos, los cuales en consecuencia tendrán un destino diferente. Pasados algunos minutos a algunas horas, también uno se llega a enterar que algunos niños nacieron enfermos y necesitarán de entrada de un tratamiento médico. Algunos nacen con un APGAR deficiente (falta de oxígeno al nacer), lo que nos puede hacer pensar, por ejemplo, en una posible “parálisis cerebral” de un determinado grado y nos imaginamos en consecuencia que algunos pocos pasarán a enrolar los “ejércitos de discapacitados del país”, sin recibir en algunos de los casos la atención respectiva (estimulación temprana, educación escolar, transporte hacia la escuela, atención gratuita en salud, rehabilitación gratuita, manutención para alimentos) de parte del Estado Boliviano, viendo sus “miradas” que lo dicen todo, en las diferentes marchas que efectúan.
Otro de los instantes emotivos es cuando cada recién nacido llega a ser conocido por su madre, su padre, hermanos, abuelos, tíos, tías y parientes, existiendo el respectivo “cruce de miradas” (conversación en silencio). Debido a que existen padres jóvenes primerizos, padres mayores y madres solteras, cada bebe en relación a su entorno, tendrá un destino diferente. En relación a este tema, el instante que más le impresionó al autor fue la llegada al Hospital de un padre de familia trayendo un pequeño “terno” tipo mameluco para su hijo, demostrando de esta manera su amor infinito hacia él (“acciones más que palabras”).
En cuanto al rote por el “Hospital del Niño”, allí existen diferentes salas, como por ejemplo la sala de “quemados”, “traumatología”, “infectología”, “unidad de terapia intensiva”, etc., allá generalmente están los niños más grandes.
El instante que más recuerdos trae es la presentación de cada paciente a las 8 de la mañana de cada día. La presentación empieza con: “Paciente de…”.
De los diferentes casos que el autor vio, expone algunos casos clásicos:
Después de las Fiestas de San Juan: “Paciente de 4 años de edad, en su primer día de internación, con el diagnóstico de: Intoxicación por ingestión de fósforo (chispitas)…”.
Después del choque de 2 flotas en la carretera a Oruro, donde uno de los conductores estaba ebrio: “Paciente de 6 años de edad, en su segundo día de internación, con el diagnóstico de: Amputación de pierna derecha…”.
Después de derramarse con el kerosene (mechero) y quemarse en Los Yungas: “Paciente de 7 años de edad, en su tercer día de internación, con el diagnóstico de: Quemadura de tercer grado en la cara…”.
“Paciente de 8 años de edad, con el diagnóstico de: Leucemia…”.
“Paciente de 3 meses de edad, en consulta externa, con el diagnóstico presuntivo de: Síndrome de Down a descartarse…”. En todas éstas enfermedades existirá un común denominador, cada pacientito dirá implícita (“con una mirada”) o explícitamente: “quiero vivir”.
Y es que éstos 2 rotes son tan enternecedores, porque no es lo mismo que a uno, las enfermedades lo encuentren a la salida de la vida, que a la entrada.
Valgan estas líneas para que los padres de familia y futuros padres, tengan más cuidado con el proceso de planificación del embarazo (niños deseados), el embarazo mismo (asistencia a sus controles prenatales), el parto (con personal calificado) y la salud de cada uno de sus niños (controles periódicos con el pediatra y cuidado domiciliario de sus niños). Asimismo para que el Estado ponga más atención principalmente hacia los niños enfermos, más que todo hacia los “discapacitados”. Y finalmente para que los médicos (“ángeles de blanco”) se capaciten cada vez más y más para poder combatir a las enfermedades cada vez en mejor forma.
“Dicen que una mirada vale más que muchas palabras” y que “los ojos son el espejo del alma”.
lanchamon@outlook.es
www.ensayosedgarruiz.blogspot.com




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