sábado, 2 de septiembre de 2017

Artículo Nº 93 de nuestro Primer Libro

Escrito el año 2.010. 

Ruiz Bonilla Edgar y Ruiz Botello Edgar. “Terremoto y tsunami en Chile”. Artículo en el matutino “El Diario” del 6 de marzo de 2.010. Página 2 del primer cuerpo. La Paz-Bolivia-Sudamérica.
Ruiz Bonilla Edgar y Ruiz Botello Edgar. “Terremoto y tsunami en Chile”. Fotografía en el matutino “El Diario” del 6 de marzo de 2.010. Página 2 del primer cuerpo. La Paz-Bolivia-Sudamérica.

Terremoto y tsunami en Chile

Autores: Ing. Geólogo Edgar Ruiz Bonilla y Dr. Edgar Ruiz Botello.
Edición y revisión: Egresado de Psicología William Marcelo Ruiz Botello y Egresado de Derecho Marwin Eduardo Ruiz Botello.

INTRODUCCIÓN: El día 26 de enero de 2.010 publicamos en “El Diario” el artículo titulado “Terremoto en Haití y la Tectónica de Placas”, en dicho ensayo exponíamos una serie de consideraciones. Empero, cabe recordar algunos conceptos: los terremotos, maremotos (tsunamis = grandes olas), volcanismo y la formación de cordilleras están íntimamente relacionados con la Tectónica de Placas. La corteza de nuestro planeta está formada por doce placas irregulares y de diferentes dimensiones, dichas placas son semejantes a mosaicos, cuyas uniones o fracturas son los testigos de la acción mutua entre ellas, dicha interacción inconmensurable acumula y produce un gran desprendimiento de energía, con efectos devastadores.
TERREMOTOS Y MAREMOTOS (TSUNAMIS): Se denomina como hipocentro al origen de un movimiento sísmico y su proyección en superficie se denomina epicentro, teniendo un efecto devastador en los puntos cercanos a estos, dependiendo de la profundidad y del material que se encuentren entre el hipocentro y el epicentro.
Generalmente en “sensus strictus”, se señala como terremoto cuando el epicentro está en el continente y maremoto o tsunami cuando el epicentro está en el mar.
En la república de Chile, el sábado 27 de febrero a horas 3:36 a.m. (hora local), se inició un terremoto, con epicentro a 90 kilómetros de Concepción. Sin embargo, a pocas horas del terremoto, se produjo un tsunami cuyas olas de aproximadamente 10 metros de altura, avasallaron las poblaciones costeras del litoral del Océano Pacífico. En este caso, la presencia del terremoto de magnitud 8,8 grados en la escala de Richter, el tsunami y las más de cien réplicas o movimientos sísmicos menores, debidos al reacomodamiento de las placas, tienen una íntima relación.
Cabe recalcar, que en el territorio chileno, existen dos placas tectónicas, la de Nazca (Oceánica) y la Placa del Continente Sudamericano; la Placa de Nazca subyace o se introduce debajo de la Placa Sudamericana, fenómeno llamado subducción. Algunos autores suponen que ésta subducción es, o avanza unos centímetros por año. 
La acción entre las dos placas, dió lugar a la formación de los arcos insulares (Archipiélago de Juan Fernández) y en el continente a la formación de volcanes y cordilleras.
El terremoto y el tsunami en Chile tuvieron una acción devastadora, afectando al 60 % de ese país, con la destrucción de rutas, puentes, casas, edificios, instalaciones eléctricas, de agua y otros. Empero, debido a la construcción de edificios antisísmicos, bajo normativas especiales, el desastre no fue mayor, pero las construcciones de adobes (arcilla mas paja) y madera fueron devastadas totalmente. Esta catástrofe dañó y destruyó innumerables poblaciones en las regiones de Santiago, Concepción, Bío Bío y Maule, con las poblaciones de Lota, Curanilahue, Talcahuano, zona de Arauco, Talca, Temuco, Vichuquén, Gral. Prieto, San Pedro de La Paz y otras poblaciones. En la costa chilena destruyó varias poblaciones entre las que podemos citar principalmente: Concepción, Dichato, Boyeruca, Pelluhué, Curanipe, Iloca, Llico, Cerro Verde.
Esta catástrofe produjo una movilización de solidaridad de varios países y, lastimosamente también un terremoto social con acciones de vandalismo y saqueos. Asimismo se observó que los damnificados pernoctaron en carpas y vehículos, hallándose a la intemperie.
Hasta el presente hubieron 800 fallecidos, cuyo número irá en aumento, también afectó a dos millones de damnificados.
CONCLUSIONES: De acuerdo a lo expuesto anteriormente, podemos llegar a las siguientes conclusiones:
- Chile está en el “Cinturón de Fuego del Pacífico” que abarca desde dicho país pasando por Perú, Ecuador, Colombia, Centroamérica, México, Estados Unidos, islas Aleutianas, península de Kamchatka, islas Kuriles, Japón, Filipinas, Nueva Guinea y Nueva Zelanda, lugares potenciales para la producción de sismos.
- La república de Chile es uno de los países más sísmicos del planeta.
- Parece que en Chile se adolece de entidades especializadas en sismología, para la determinación de epicentros, ya que no hubo la información adecuada y exacta del tsunami, creándose controversias entre las autoridades, lo que trajo como consecuencia, una serie de víctimas en las zonas costeras.
- El sismo de Chile no tuvo las consecuencias del terremoto de Haití, a pesar de su magnitud de 8,8, muy superior a la del país caribeño, porque en este último el epicentro estaba muy cercano a Puerto Príncipe y en Chile el hipocentro estaba muy alejado y a una profundidad mayor a los 59 kilómetros.
- Las construcciones de los edificios en Chile son antisísmicas y por lo tanto soportaron de mejor forma que las construcciones precarias de Haití.
- La magnitud de un sismo va disminuyendo conforme uno se aleja del epicentro, así en La Paz-Bolivia solamente fue detectado por instrumentos del Observatorio de San Calixto.
- Cabe recalcar, que la población chilena tiene una gran cultura sísmica, que en casos de terremotos las personas se sitúan debajo del marco de las puertas o debajo de mesas o catres, para evitar los daños producidos por objetos suprayacentes.
- Es prácticamente imposible predecir la presencia de los terremotos y tsunamis, aunque algunos afirman que su ocurrencia es en forma estadística y cíclica. Aunque recordemos que se produjo un terremoto en Chile en 1.906, otro el de Valdivia en 1.960 y ahora en el 2.010; realizando el respectivo análisis encontramos una periodicidad de aproximadamente 50 años, es decir que cada 50 años se producen sismos de alta magnitud. Por otro lado, si existe gran probabilidad de maremotos, se deberían despejar de casas las partes bajas.
- Los chinos afirman que los animales se ponen nerviosos antes de los terremotos. También algunos autores indican que existen nubes sísmicas para dicha predicción.
- La actividad volcánica está íntimamente relacionada a los sismos y, no es de extrañar que en Chile próximamente ocurra actividad de los volcanes aún los extinguidos.
- En Bolivia sobresalen los siguientes terremotos: el de Consata (provincia Larecaja del departamento de La Paz) con 6,4 (1.947) y Aiquile, Totora y Mizque (Cochabamba) con 5,9 (1.998), los cuales dejaron una huella catastrófica.
- Cabe mencionar, que en las ciudades de Bolivia, existen poquísimas construcciones antisísmicas y esperamos que Dios y la pachamama no permitan estos desastres fatales en nuestro territorio.
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