Artículo Nº 48 de nuestro Primer Libro
Escrito el año 2.008.
Ruiz Botello Edgar.
“Hecho en
Bolivia”. Artículo en el matutino “El Diario” del 20 de junio de 2.008. Página
3 del primer cuerpo. La Paz-Bolivia-Sudamérica.
Hecho en Bolivia
Autor: Dr. Edgar Ruiz Botello.
Médico Cirujano, Egresado de Ingeniería Agronómica. Ex
Catedrático de la carrera de Ingeniería Industrial de la UMSA. Ex Consultor de
Naciones Unidas. Investigador, Analista, Columnista y
Escritor.
Edición y revisión: Egresado de Psicología William
Marcelo Ruiz Botello y Egresado de Derecho Marwin Eduardo Ruiz Botello.
Los consumidores
bolivianos al acudir a los diferentes mercados para adquirir bienes y servicios,
se ven en la disyuntiva de elegir entre comprar un producto extranjero o uno
nacional. Como compradores muy exigentes y cuidando siempre los bolsillos, cada
persona, analiza varios puntos o factores a considerarse, tales como el precio,
la calidad (cantidad, duración, resistencia, diseño, presentación, peso exacto,
limpieza, registros sanitarios y fechas de caducidad confiables), etc., pero no
se suele evaluar tal vez el punto más importante relacionado con la generación
de empleos en territorio boliviano. Es así, que si adquirimos un producto
boliviano (bien o servicio), estamos incentivando a la creación de más fuentes
de empleo en Bolivia, para los bolivianos. Pero por el contrario, al no
consumir productos bolivianos estamos incentivando al cierre de muchas de
nuestras manufactureras (fábricas) y estamos impulsando al crecimiento de las
fábricas de otros países, sin lograr ningún beneficio para los bolivianos,
perdiendo muchas familias su empleo. Cabe recalcar que en la gran mayoría de
los casos nuestra industria es pequeña e insipiente. Sin lugar a dudas el sello
“hecho en Bolivia” trae detrás muchos factores, como ser el sustento económico
para muchas familias bolivianas, la disminución de nuestra pobreza, el continuo
desarrollo en la calidad de nuestros productos, etc. De la misma manera los
productos “made in Bolivia” nos ayudan a ahorrar divisas (tan difícilmente
ganadas con las exportaciones del gas y otras), utilizadas para importar vía
legal o por contrabando, productos extranjeros. Por otro lado, se debería dar
mayor facilidad a la apertura de fábricas y otros en el territorio nacional,
facilitando el “trámite” (tiempos, papeleo) para la apertura y el cierre (por
quiebra, etc.), además el incentivo debería abarcar bajos impuestos y otros.
Nuestra tecnología en la mayoría de los casos es pobre y poco desarrollada,
pero mientras compremos lo que producimos, nuestra tecnología ira poco a poco
desarrollando y mejorando, hasta lograr producir bienes o servicios de mejor
calidad y con precios competitivos. Además se debe también incentivar a la
creación de fábricas estatales manejadas bajo parámetros económicos
competitivos (bajos salarios gerenciales, etc. para no “quebrar a las
industrias estatales”) las cuales pueden vender productos a montos más bajos
(no a los precios internacionales), favoreciendo a las familias de bajos
ingresos económicos en Bolivia. Al no consumir la industria boliviana,
fomentamos al contrabando, a la industria extranjera, al desarrollo de la
tecnología de otros países y a la pobreza de nuestro país. Consumir la
Industria Boliviana y valorar el sello “hecho en Bolivia” es hacer Patria.
lanchamon@outlook.es
www.ensayosedgarruiz.blogspot.com
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