Artículo Nº 35 de nuestro Primer Libro

Escrito el año 2.008.

Ruiz Botello Edgar. “Ecología y Folklore”. Artículo en el matutino “El Diario” del 22 de enero de 2.008. Página 3 del primer cuerpo. La Paz-Bolivia-Sudamérica.

 

Ecología y folklore

Autor: Dr. Edgar Ruiz Botello.

Médico Cirujano, Egresado de Ingeniería Agronómica. Ex Catedrático de la carrera de Ingeniería Industrial de la UMSA. Ex Consultor de Naciones Unidas. Investigador, Analista, Columnista y Escritor.

Edición y revisión: Egresado de Psicología William Marcelo Ruiz Botello y Egresado de Derecho Marwin Eduardo Ruiz Botello.

Los animales de un determinado territorio pueden ser clasificados de diferente manera, uno de estos ordenamientos utilizados por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza los cataloga en clases como extinta “Ex”, en peligro “E”, vulnerable “V”, rara “R”, indeterminada “I”, insuficientemente conocida “K” y comercialmente amenazada. Esta clasificación se refiere al número de animales existentes en una determinada región y la disminución en su número de acuerdo a su interacción con el medio ambiente, en el cual se halla el hombre, quien realiza una labor de caza de animales con fines económicos principalmente. Actualmente varios de los animales presentes en el territorio boliviano están en peligro de extinción y de algunos otros existe una disminución notable en su número, debido a la caza indiscriminada, realizada por el hombre, para su uso en diferentes rubros, uno de los cuales es la elaboración de disfraces e instrumentos para las actividades folklóricas. Podemos hablar de animales majestuosos como el cóndor, quirquincho, variedades de flamencos, ñandúes sudamericanos (suris), parabas (papagayos) y otros. Es así que estamos en la obligación de realizar el respectivo cuidado de estos animales (fauna). Así pues en el área folklórica se debería hacer que el uso de plumajes de aves (cóndor, flamencos y parabas), cueros como el del jaguar (tigre sudamericano), caparazones de quirquinchos y otros, no se acepte, empezando con el conocimiento y la concientización de las comisiones organizadoras de los diferentes eventos folklóricos, pasando por las directivas de las comparsas y acabando en los componentes de cada grupo. Debemos recordar que usando estos elementos, estamos promoviendo la caza de estos animales y su constante disminución en número, lo cual los pone al borde de la extinción. De la misma manera, se debe llegar a la conciencia de los artesanos que confeccionan estos trajes e instrumentos, para que con su habilidad innata, puedan encontrar materiales sustitutivos (sintéticos) para reemplazar plumajes, cueros, caparazones y otros. No debemos empañar el bello folklore boliviano, el cual posee una música, coreografía, instrumentos y técnicas inigualables, ancestrales y únicas a nivel mundial, con el uso de plumas, cueros, caparazones y otros, de animales que con su presencia en vida, con su vuelo, colores, cánticos y vida familiar adornan y complementan la belleza, de flora (selvas, praderas), ríos, lagos, montañas y nevados de los paisajes del inigualable territorio boliviano, así como también logran un equilibrio ecológico en el medio ambiente, en el cual se halla inmerso el hombre. No debemos destruir en segundos, lo que ha sido creado en millones de años, mediante el proceso de la evolución u otro. Asimismo se debe recordar a los diferentes cazadores de estos animales, que con proyectos de eco turismo, en coordinación con el gobierno central, prefecturas, municipios y otros, económicamente y en forma sostenible, ganarían más con los animales vivos que con los muertos. Por otra parte, se debe intensificar la transversalización de temáticas ecológicas y del cuidado del medio ambiente en la educación escolar, universitaria y de otras instituciones, para que las nuevas generaciones tomen la difícil tarea del cuidado y conservación de los recursos naturales del territorio nacional, uno de los cuales es la fauna silvestre. La educación formal e informal, debe lograr dar el gran paso, de la transmisión de conocimientos fríos, al cambio de actitudes en las personas y la aplicabilidad en la vida diaria de los conocimientos adquiridos en las unidades educativas.

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