jueves, 17 de agosto de 2017

Artículo Nº 33 de nuestro Primer Libro

Escrito el año 2.008.

Ruiz Botello Edgar. “Mapas de Riesgos”. Artículo en el matutino “El Diario” del 3 de enero de 2.008. Página 2 del primer cuerpo. La Paz-Bolivia-Sudamérica.
 
Mapas de riesgos

Autor: Dr. Edgar Ruiz Botello.
Médico Cirujano, Egresado de Ingeniería Agronómica. Ex Catedrático de la carrera de Ingeniería Industrial de la UMSA. Ex Consultor de Naciones Unidas. Investigador, Analista, Columnista y Escritor.
Edición y revisión: Egresado de Psicología William Marcelo Ruiz Botello y Egresado de Derecho Marwin Eduardo Ruiz Botello.

A lo largo de todo el año, en Bolivia existen los denominados fenómenos de la naturaleza como son las inundaciones, sequías, heladas, granizadas y riadas. Estos si hacemos memoria, se han presentado también en años pasados y seguramente se van a presentar en el futuro.
Por consiguiente es necesario el mejoramiento del proceso de planificación, vale decir la elaboración de POA´s a nivel nacional, prefectural, provincial, municipal, cantonal, barrial y comunitario. El mejoramiento constante de estos procesos nos servirán para tratar de contrarrestar, aminorar o mitigar cada vez mejor estos efectos naturales. Esta planificación debe estar basada en mucha información, entre ésta deben hallarse los Mapas de Riesgos y de Usos Potenciales de cada zona del territorio boliviano a nivel de comunidad vale decir a una escala adecuada.
Los Mapas de Riesgos deben incluir información de caudales máximos (para inundaciones) y mínimos (para sequías) aproximados de los diferentes arroyos y ríos de Bolivia, demarcación del desborde de cada río (en época de lluvias) y zonas propensas a deslizamientos, sequías, heladas y granizadas.
Los mapas deberían ser realizados utilizando imágenes satelitales, fotografías aéreas,  mapas topográficos y a falta de estos materiales, correspondería realizar mapas comunales o barriales a “mano alzada” y, en forma ideal ingresar a la tecnología de los Sistemas de Información Geográfica (SIG).
Los Mapas de Usos Potenciales de cada región nos ayudarían a determinar los usos más adecuados a que puede ser sometida cada zona, así se tendrían zonas aptas para ganadería, cultivos anuales, plantaciones perennes, forestación, pesca, caza, ecoturismo, conservación, viviendas, infraestructura productiva, almacenamiento de agua, minería, usos energéticos entre otros, en función de la presencia de las características como tipos de suelos, altitud, clima, precipitación pluvial, belleza paisajística, presencia de yacimientos minerales y de hidrocarburos, cercanía a mercados y carreteras, pero también tomando en cuenta la presencia de fenómenos naturales tales como las inundaciones, riadas, sequías, heladas, granizadas y movimientos sísmicos en cada región.
Así pues, en los valles, no se debería depender en un 100 % de la producción agrícola realizada en las playas de los ríos, pues generalmente se inundan en época de lluvias y debería empezarse a construir en los cerros aledaños, tacanas o terrazas de cultivo copiando por ejemplo la tecnología de Pasto Grande en el departamento de La Paz. Asimismo no deberían realizarse construcciones de viviendas o infraestructura productiva en las playas cerca de los ríos caudalosos, pues en los desbordes las construcciones son destruidas y generalmente no se pueden construir muros de contención o defensivos, en las orillas, por los altísimos costos. En el Altiplano convendría construir carpas solares compatibles con el minifundio existente, donde con poco espacio se podría obtener gran producción, creando un microclima y eliminando las heladas y granizadas, carpas construidas utilizando cemento, ladrillos, techos de vidrio, en zonas no inundables, claro que los costos serían altos. Correspondería usar también, en menor proporción que las carpas, la tecnología de los Suka Kollus, para la mitigación de las heladas y la creación de microclimas. Se tendría que realizar la forestación con especies nativas (keñua, kishuara, etc.), para la protección de las microcuencas y cuencas para aminorar el efecto de las inundaciones. Tal vez utilizar en una proporción baja, la torta de soya del oriente para alimentar las vacas del occidente, por la falta de forraje. En los valles, en las llanuras y en el Altiplano se debería apoyar los proyectos de sistemas de riego y microriego (goteo y aspersión) con el debido aprovechamiento de las aguas superficiales y subterráneas, para combatir las sequías. De la misma manera correspondería almacenar agua en tanques (turriles) para las épocas de sequía y construir “kotañas” o atajados para que beba el ganado. En el Oriente se deberían tener proyectos de reforestación, con árboles frutales que pueden servir de alimento fresco en las inundaciones y maderas semipreciosas para la protección de microcuencas y cuencas, evitando el arrastre de sedimentos o la colmatación de los ríos caudalosos, depósitos que se almacenan en el fondo de los mismos, ocasionando la salida del río de su cauce. Se deberían perfeccionar aún más los planes de manejos forestales, acá existen las preguntas, ¿cuánta agua almacenará un árbol o varios árboles de decenas de metros de altura, en su tronco y hojas?, ¿fracción del agua que tal vez ocasiona parte de la inundación cuanto el árbol es talado?. Sería preciso transportar el ganado, en época de lluvias a tierras más altas, no inundables o construir establos que estén sobre el espejo de agua record (en las inundaciones), claro que esto es costoso.
Asimismo los llamados planes de reconstrucción deben abarcar temáticas como la construcción de viviendas en forma adecuada y capaces de soportar futuras inundaciones, por ejemplo para las regiones benianas, pandinas y cruceñas inundadizas, deben tener pilotes de cemento (con zapatas), deben ser de 2 pisos, el primer piso debería ser apto para soportar una inundación y en el segundo piso podría vivir la familia durante la inundación; en el techo convendría tener un tanque o turril con tapa hermética, por las larvas de los mosquitos, de volumen adecuado para el almacenamiento de agua de calidad aceptable para prevenir las Enfermedades Diarreicas Agudas (durante la inundación) especialmente en niños y evitar posteriores procesos de desnutrición infantil difíciles de contrarrestar en el futuro. Se debería trabajar en la seguridad alimentaria con el almacenamiento de enlatados, alimentos secos, charque, sal y otros para la época de inundación. Actualmente debemos estar prevenidos sobre el cambio climático mundial, ya que nuestros glaciares están en retroceso y en una veintena de años desaparecerán, trayendo consigo problemas de abastecimiento de agua potable y de energía eléctrica, debiéndose construir desde ahora represas adecuadas. Es pues necesario prevenir antes que curar o lamentar y planificar antes que remediar.
lanchamon@outlook.es
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